11 jun 2011

"Esta es la historia de cómo me convertí en esa cínica que soy, de como alguien como yo puede terminar así. No son pocas las caras de la soledad. Ya saben: se puede estar solo en una fiesta de declarados amigos, en un asado familiar, en una mesa ruidosa de ex compañeras del secundario; se puede estar sola en la cuidad -a todas nos ha pasado- aunque todos los flacos te miren y te murmuren cosas cuando pasás. [...] 
Me habían dicho que nunca iba a estar sola. Siempre lo pregunté y siempre me dijeron que no. Mis padres, las maestras, los de la iglesia, todos me decían que no, que no iba a estar sola. [...] 
Desde chica, sin que nadie me lo explicara, aunque todos me decían que no, entendí que iba a estar sola y asumí que estar sola cuesta mucho, duele en el cuerpo, enferma. Que no tener en quién apoyarse pesa y duele. Me di cuenta rápido de que los cuentos infantiles que terminan siempre bien son sólo cuentos. De chica intuí que hay que confiar poco y en pocas personas; ahora comprobé que hasta el mejor amigo, que hasta el hombre de tu vida puede traicionarte. Que los humanos somos sólo humanos y por eso decepcionamos. Ahora pienso que si alguien me lo hubiera dicho desde el principio, habría sido todavía más cautelosa. Hubiera confiado menos y me hubiese dolido menos. Pero no hubiera aprendido nada ni estaría aquí, contando esta historia de ilusión y desgarro que es la mía. Claro que mi cuerpo no resiste ni cien minutos, ni cien segundos más de esta agonía. Escucho por décima vez "Good Enough" y espero a que las pastillas me hagan efecto. [...] Cuento esta historia con las pocas fuerzas que me quedan, cuento con lo poco que me queda de memoria. [...]
En unos segundos se puede caer el mundo abajo: no, no es solo una metáfora... se puede caer el mundo, el techo de tu casa en tu cabeza; Dios en tu cabeza se toma el palo para dejarte sola, sola. Todas las convicciones que tuviste alguna vez pueden relativizarse... todo puede verse de una u otra manera, como diría Jarabe de Palo, depende. "De según cómo se mire todo depende".[...] 
Desde que terminé el colegio no tuve demasiado en claro qué hacer con mi vida. Mis viejos son profesionales, arquitectos los dos, pero nada que ver conmigo, a mi no me interesan las casa, las obras, los planos; no vibro con la grifería, los azulejos ni el portland. Me siento bastante diferente, como si fuera de otra familia. Lo mismo me pasa con la gente, en general, es como si fuera de otra especie.Tampoco sé cómo describirme, nunca me puse a pensar: soy así o asá. Soy mutante, no me quedo en el mismo lugar mucho tiempo, no pienso siempre lo mismo de las cosas."

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